Aquí en Bogotá en este lugar, para mí idílico, estudié en 1961, finales del 62, 1963 y comienzos del 64. Me expulsaron por causa del incidente del tenedor que ya he relatado en otro lugar de este blog, pero lo cierto es que ya la traían los curas conmigo, dizque porque yo no tenía vocación. ¡Que exagerados!
Media docena de personas se quedaron en mi mente aún hoy después de más de 40 años: el inolvidable y muy querido - mi protector- Padre Salvador López Ruiz, el Padre Esteban (otro que me caía muy bien) y de los compañeros varios que cómo me gustaría volverlos a ver: Jorge Coy, Fabio Naranjo, Múnera Lopera, Diaz Villamil y Jaramillo.
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Aunque a veces es mejor guardar la nostalgia de buenos recuerdos que volverse a ver con viejos amigos. Después del fogonazo inicial se apaga el entusiasmo y se muere el recuerdo.
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